POSICIÓN PROVISIONAL
Dibujos y maquetas del archivo de Mathias Goeritz
15 de noviembre a 5 de enero
Un recorrido superficial por la obra de Mathias Goeritz nos revela de inmediato el aspecto lúdico y experimental con el que el artista se acercó siempre a su práctica. Ya en su serie de piezas tituladas Do it yourself dejaba de manifiesto una idea de arte ligada a la acción inmediata, aleatoria y espontánea que podía desplegarse a partir de un conjunto determinado de elementos que, como en un juego infantil, podrían acomodarse y re-acomodarse al infinito.
La gran cantidad de maquetas de pequeño formato que desarrolló para sus proyectos son testigos de este principio. Es fascinante ver la manera en que un proyecto monumental, concebido para el espacio público, mantiene su presencia en los pequeños modelos. Estas maquetas al presentarse casi siempre como conjuntos de elementos sueltos, nos abren un abanico interminable de composiciones posibles. Y la prueba de ello está de hecho en las decenas de planos y dibujos en los que vemos a Goeritz especular con las formas de colocar tal o cual pieza. Siempre sobre un papel en blanco y sin referencias al espacio físico, cada maqueta se convierte en un juego de posibles, dentro de una lista infinita de posibilidades.
La selección de maquetas, planos y dibujos que presentamos en esta exposición pretende un acercamiento al Goeritz capaz de moverse sin dificultad entre lo macro y lo micro, entre lo público y lo privado, pero sobre todo a un Mathias inquieto que está constantemente recomponiendo su mundo. Desde esta perspectiva todo su trabajo es una abstracción y un ensayo en el que la distancia entre lo monumental y lo pequeño desaparece. Unas torres enormes, pueden ser también un elemento dentro de una composición abstracta o una escultura para poner sobre la mesa. La importancia de acercarse a estas maquetas y planos no es desdeñable: nos presentan una mirada sobre los procesos, los ensayos, las ideas posibles e imposibles bajo las que Goeritz producía su obra. Nos enseñan una práctica que de alguna manera no termina -y aquí es notable la manera en que Goeritz vuelve una y otra vez a ciertas imágenes, a ciertas composiciones- y nos revelan finalmente una práctica abierta y generosa en su planteamiento conceptual, estético y afectivo.