DAVID MIRANDA
GRAMÁTICA DEL HABITAR
Un proyecto de David Miranda en diálogo con Mathias Goeritz
Curaduría: Paola Santoscoy
Hacia la segunda mitad del siglo pasado, Mathias Goeritz reconsidera en sus proyectos escultóricos y arquitectónicos la idea de la emoción en el espacio. En algunos casos desde el misterio fenomenológico de la luz y la oscuridad correspondientes al expresionismo alemán y en otros, vinculando los aportes de las formas secuenciales descritas en la formación de artistas y arquitectos en los programas educativos de la Bauhaus. Goeritz logra así articular una forma de expresión que se deslinda del carácter utilitario del diseño y del funcionalismo arquitectónico. Su diseño escultórico, arquitectónico y su poesía concreta, dan cuenta de una gramática espacial que amplia las formas de comprensión del espacio en tiempo presente al depender de la existencia de la percepción de quien ve y habita sus obras.
Es bajo esta premisa que se David Miranda ha desarrollado durante el último año las piezas que conforman la exposición GRAMÁTICA DEL HABITAR. El proyecto busca hacer un apunte al misterio de la forma edificada por los seres humanos, a las inquietudes no utilitarias de la experiencia espacial y a las formas de expresión provenientes de la experiencia arquitectural. Éstas implican la proyección del espacio edificado de forma emocional, así como una aproximación artesanal a materiales de construcción como el barro, la madera y las telas esquilas. Elementos que se perciben como más próximos a una experiencia subjetiva e individual tanto en el que las produce, como en el que las usa o las contempla.
El diálogo entre el trabajo de Miranda y una selección de materiales provenientes del archivo de Mathias Goeritz, pone en evidencia la actualidad del pensamiento de Goeritz, sobre todo con respecto a los valores de la arquitectura en tanto espacio emocional capaz de generar sensibilidad aún sobre la funcionalidad. Igualmente, la integración de la propuesta de David Miranda al espacio de la galería, pone de relieve la naturalidad con la que la obra de arte y el espacio doméstico se integran en la experiencia real y subjetiva del habitar.