Memoria en línea surge de una fotografía tomada durante un viaje en el que recorrimos parte de México en el año 2007. Salimos de la Ciudad de México con el sueño de llegar al Mar Caribe. Fueron 10 días de viaje. Los paisajes y las anécdotas se han disuelto en la memoria. Esta fotografía es una de cientos tomadas durante los kilómetros recorridos donde el recuerdo más profundo que persiste es la sensación de anhelo por llegar al mar. El recuerdo del viaje, un error digital y la imposibilidad de saber el lugar preciso de la toma, es el punto de partida de esta reflexión.
La memoria, al igual que el textil, se construye o teje por la repetición del cruce de dos ejes que se juntan. En el caso del textil, es el cruce del “pie” y de la “trama,” en el caso de la memoria se trata del cruce entre el “tiempo” y el “espacio.”
La memoria, ese espacio en la mente, los archivos, las construcciones, la historia misma. Lo que existe entre el instante presente y el inmediato futuro. Lo que ya pasó. El trazo que deja el lápiz al dibujar una línea, línea que puede devenir en un dibujo, palabra, poema. Esa línea expresó un pensamiento, se convirtió en memoria para quien lo pensó, escuchó, recordó, leyó.
Memoria en línea es un pensamiento que recorre el espacio. Es la suma de los elementos que se extienden por la sala de exhibición con la idea de abrir un camino a la interpretación de una vivencia donde no existen referencias geográficas o sociales. En el textil hay dos figuras reconocibles: una torre de electricidad y un árbol. La torre la entendemos como idea de progreso y civilización y el árbol como representante del mundo natural. Este paisaje de la memoria, donde lo humano y natural se encuentran, no es particular a nadie ni a nada, es de todos.
En esta instalación, la imagen no se restringe al espacio del textil, sino que se expande, sale, se desintegra y dispersa. También lo podemos entender de manera inversa, como resultado de la confluencia de estas líneas de colores que tienen diferentes puntos de partida y viajes hasta llegar al tejerse entre sí mismas y conformar la imagen del árbol y de la torre. Las líneas de colores que recorren desde y hacia el textil son fuerzas potenciales para crear un lenguaje de nuevas memorias, así como una metáfora de líneas de pensamiento: libres, únicas, audaces, tensas, lejanas, extensas, impredecibles, entrelazadas, multicolores.